Los objetivos de este curso son mejorar la movilidad y la funcionalidad articular en un entorno sin impacto, mantener o aumentar la fuerza muscular y la coordinación motora, y favorecer la circulación sanguínea y la capacidad respiratoria. Además, se busca estimular el equilibrio y prevenir caídas, fomentar la autonomía y la autoestima en un ambiente seguro y social, así como reducir el dolor articular y la rigidez, especialmente en personas con artrosis, artritis u otras enfermedades crónicas.

Los contenidos de este curso incluyen ejercicios suaves de movilidad articular y estiramientos asistidos por el agua, caminatas y desplazamientos con apoyo, así como actividades de equilibrio y control postural. También se trabaja la fuerza mediante la resistencia natural del agua y el uso de material adaptado como churros o pesas blandas. Cada sesión finaliza con ejercicios de respiración y relajación, además de dinámicas grupales lúdicas que favorecen la motivación y el vínculo social entre los participantes.

Tanto los objetivos como los contenidos del curso son 100% personalizados. Antes de comenzar, se realiza una valoración inicial en la que se estudian las necesidades, habilidades y metas del nadador, así como el tiempo estimado en el que se quieren alcanzar. A partir de este análisis, se establecen los procesos adecuados y se diseña un plan de trabajo individual.

Estas clases se adaptan a diferentes propósitos: desde aprender a nadar o ganar confianza en el agua, hasta perfeccionar la técnica, mejorar el rendimiento deportivo o alcanzar el nivel requerido para superar pruebas específicas de acceso u objetivos personales de preparación.

De este modo, cada alumno recibe un programa totalmente adaptado a su nivel y a sus expectativas, con un seguimiento cercano y progresivo que garantiza resultados efectivos.